¿Que podemos decir?


Después de la vergüenza que pasamos ayer al caer humillados como nunca ante Chicó, ¿que podemos decir?, que es culpa de Vanemerak?, que por sus pataletas nos dejó heridos de muerte al ser un equipo con un técnico virtual..? o que es culpa de los petardos de Martín García y el resto de paquetes que tenemos por ahí..?, que es culpa del “Cheque” García, de Reyes, de López, de Bush, de Osama, de quien..?

Podemos decir lo que sea y no mejorar nada, la verdad es que ayer Millonarios no jugó a nada, la falta de ganas, de berraquera, de amor por la camiseta fueron el denominador común de la tarde y se notó en el resultado. Dejémonos de pendejadas y revisemos un poco las causas de lo de ayer, es verdad que la línea de defensa no estaba completa y algunos suplentes cubrían puestos importantes pero no hay derecho a que jugadores que entrenan todos los días, que se sirven de todo lo que está al alcance del Club para tener unas condiciones optimas el día del partido, salgan a la cancha y hagan el “oso”, se dejen bailar como “chinos” de un equipo de barrio, además de abusar de la hinchada de esa manera; muchos de los que jugaron ayer tienen sueldos importantes, ganan al mes más que lo que muchos de nosotros podriamos conseguir en un año y no se lo merecen, la verdad es que no se lo merecen. Petardos como Martín García no deberían siquiera tener entrada a Bogotá, Ciciliano, si, gracias Ciciliano por tus goles, tu atajada fenomenal aquella tarde y todo eso, pero yaaaa, desde que se frustró su paso a Mexico a principio de año no ha jugado mayor cosa y no tiene las ganas de antes, falla más penales que Palermo, gracias pero ya; bueno, podriamos hablar uno por uno de todos y determinar mil cosas, buenas y malas pero de eso no se trata.

En Millonarios deberiamos hacer lo que hace Pimentel con el Chicó, en vez de traer jugadores viejos y caros, deberiamos ir a esos pueblos olvidados, donde también se juega fútbol en canchas de tierra o lo que sea y traer aquellos muchachos que por sacar adelante sus familias están dispuestos a “romperse” por la camiseta, cosa que no ocurre con muchas de estas “estrellas” que se ganan un platal y viven como niños bonitos pero que no sienten la vergüenza de la derrota, de la humillación, no sienten la vergüenza del hincha. Con lo que cobra uno de ellos podemos traer cuatro o cinco como Marcos Pérez, el juvenil que nos metió el segundo (golazo) y que demostró esa hambre que tienen muchos muchachos en Colombia.

El daño está hecho, ya estamos casi por fuera de las finales, con la moral en el piso y llevados del %$·/&%. No se diga más.

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